Tarjetas Revolving

¿Qué es una tarjeta Revolving?

Las tarjetas Revolving son un tipo de tarjeta de crédito, cuya particularidad es que las compras, disposiciones en efectivo, etc. que se realicen con la misma y dentro de un límite de crédito asignado, cuya devolución se efectúa a plazos. La “ventaja” de este tipo de tarjetas, aparentemente, es que tú decides cuánto quieres abonar periódicamente de acuerdo al capital dispuesto. Por lo general se pagha un importe o cuota fija mensual, que suele y puede ser baja, o un porcentaje de la deuda pendiente. Esto hace que no amortices capital e intereses y se vayan acumulando “mes a mes”, perpetuando la deuda en el tiempo, sin que la misma llegue a cancelarse.

¿Qué intereses tienen y cómo funcionan las tarjetas Revolving?

La realidad es que las tarjetas Revolving funcionan como un microcrédito o una línea de crédito, y aplican unos intereses abusivos entre el 20 y el 30% (mucho más altos que los registrados por el Banco de España para créditos personales); pagando cuotas mensuales bajas y con unos intereses tan altos, la deuda se alarga indefinidamente. Por una compra de 900€ puedes acabar pagando 2.900€.

¿Cómo sé si mi tarjeta es Revolving y si se puede reclamar?

Para confirmar si tu tarjeta es Revolving, tienes que acudir a los recibos mensuales o al propio contrato y buscar el sistema de amortización revolvente (o revolving) aplicado y el tipo de interés (T.A.E. o Tasa Anual Equivalente) que el banco nos aplica. Si la T.A.E. es superior a seis puntos del tipo medio de mercado que publica el Banco de España , es una tarjeta Revolving y podría reclamarse. Igualmente, si hubo falta de transparencia en el contrato y deficiente información en su comercialización.

¿Qué se puede reclamar de las tarjetas Revolving?

Puedes reclamar la nulidad del contrato de este tipo de tarjetas de crédito y la devolución del exceso del capital prestado (intereses, comisiones, gastos y seguro adherido). Si quieres saber cómo reclamar, dependerá de que te veas en una u otra de estas dos situaciones:

  • Si el dinero pagado es más de lo prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato y el exceso de capital más los intereses, el seguro y comisiones que te hayan cobrado.

  • Si todavía no has pagado lo prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato de la tarjeta de crédito y la devolución de los intereses, el seguro y las comisiones; y abonar a las entidades financieras el capital prestado que te quede por pagar.